Desde el año 2018 hemos emprendido un camino para la construcción de una escuela que valoriza las potencialidades, explorando todas las posibilidades de expresión con la que fuimos dotados, con la implementación de una propuesta pedagógica basada en la metodología de las INTELIGENCIAS MÚLTIPLES, expandiéndose experiencias de aprendizaje donde el ser y el hacer se armonizan. Sólo se necesita que la escuela brinde las oportunidades, desafiando los talentos que se guardan en el maravilloso mundo del cerebro, a través del arte, la música, el cálculo, la literatura, cultivando la espiritualidad, desarrollando el amor hacia sí mismo y hacia el otro.
Inteligencia naturalista:
La inteligencia naturalista la potenciamos desde la mirada ecológica al conseguir una mejor relación con el entorno que nos envuelve, a partir de un cambio de actitudes y valores, es uno de nuestros lemas. El huerto en el colegio, es un espacio para la investigación, la exploración y expansión de aprendizajes. Compartimos la visión de Edgar Morin, en cuanto que es necesario a aprender a “estar-ahí” en el Planeta, aprender a vivir, compartir, a comunicarse, a comulgar como habitantes del planeta.
Inteligencia musical:
La música tiene vida en el colegio. El objetivo es conseguir que los niños disfruten de la música, para conseguirlo se trata de que se familiaricen de distintas maneras: escuchar, cantar, bailar, interpretar o analizar. Lo afectivo es lo efectivo, si conseguimos que el niño “guste” la música, la haga suya, le estamos facilitando que, por medio de ella, aprenda a expresar emociones y sentimientos a la vez reconocerlos en otros. Le estamos ofreciendo, por tanto, una nueva y muy rica posibilidad de comunicación.
Inteligencia visual-espacial:
¿Cuántas oportunidades necesita el ser humano para expresarse? ¿Cuántas oportunidades ofrece la escuela para la comunicación desde una auténtica creatividad, potenciando las habilidades, dándole lugar a la diferencia? El Atelier artístico convive en el colegio, otro camino para transitar en la inteligencia visual espacial. “Si todos nos pudiéramos comunicar no haría falta el arte, de hecho todos seríamos artistas”. (Gerald Dipego, Palabras y colores).
Inteligencia lingüística:
La inteligencia lingüística la potenciamos desde los procesos de la lectura, la escritura y la oralidad que forman parte del día a día. Luis Beltrán Prieto Figueroa nos decía de la escuela es algo más que una práctica mecánica de alfabetización. De nada vale enseñar a leer las palabras si no se enseña a penetrar el hondo significado de ellas, en su espíritu; si no se aprende a desentrañar el pensamiento contenido en los libros, comparando y comprobando, la escuela debe crear la aptitud para el pensamiento y la meditación. El libro que plantea meditar, el que plantea problemas de vida cuya solución imperiosa es un ejercicio estimulante, evita la mecanización y levanta el espíritu.
El tema de la alfabetización ha constituido uno de los aspectos que tiene casi la total atención de los padres cuando sus hijos recién comienzan el primer grado e incluso desde el preescolar, aun cuando el aprendizaje del ser humano suma muchas cosas más que el aprender a leer y a escribir. Se conocen diversos métodos para alfabetizar. La reflexión que debemos hacernos quienes acompañamos a los pequeños en este proceso, es cuál es el camino más grato y eficaz para formar auténticos lectores. Niños y niñas lectores eficientes y que aún como adultos la lectura de un buen libro siga siendo una excelente experiencia de vida. Desde esta aspiración la experiencia de la alfabetización como un camino a recorrer con entusiasmo, nacida de la curiosidad, basada en las capacidades existentes en nuestros niños que están inmersos desde que nacen en una cultura rica en lenguaje escrito debe cobrar sentido con mayor razón dentro del colegio. Considerando que la alfabetización es una extensión natural del lenguaje humano, de la misma forma que los niños aprenden a hablar, deben aprender a leer y a escribir. Todo aquello que aprendemos desde un contexto real de uso no se olvida y el lenguaje escrito no escapa a este principio. Cada situación que ocurre en el aula constituida en un hecho alfabetizador produce una suerte de empoderamiento del niño del mundo que lo rodea, pues están basadas en transacciones en la que ellos tienen el control de su aprendizaje y saben que lo tienen. Es por eso que, es necesario estimular al niño cuando lee o hace sus primeros intentos, facilitándoles textos significativos o estrategias que den respuestas a sus interrogantes y permitan el disfrute del placer del leer.
Inteligencia emocional:
El desarrollo de la inteligencia emocional, en sus dos formas: la intrapersonal y la interpersonal, constituye un ingrediente fundamental de la esencia de este espacio educativo, en el que se promueve el respeto y la aceptación por la diferencia, en el que la convivencia es una fuente de aprendizaje permanente en la vida de un niño en el colegio, y que se traslada a su mundo social. La convivencia permite el reconocimiento del otro. Convivir con la diferencia nos involucra en una auténtica humanidad. En la educación en general no hay recetas, pues cuando se trata de abrir caminos a nuestros estudiantes vale considerar sus historias, las miradas de cada uno y sobre todo convertirnos en canales para el reconocimiento del otro como legítimo otro en la convivencia, a través de la aceptación y el respeto, lo cual se fundamenta en el amor. La dinámica pedagógica del día a día en el colegio, comienza con el programa social el cual está pensado para ayudar a que todos los niños y niñas sepan conocerse y adquieran su capacidad de relación consigo mismo y con los demás. El buen desarrollo de las INTELIGENCIAS INTRAPERSONAL e INTERPERSONAL favorecen esta capacidad.
Inteligencia lógico matemática:
El aprendizaje significativo es fundamental para el desarrollo de esta inteligencia, pues implica a aprender a aprender, aprender a resolver los problemas que se van suscitando en la cotidianidad. La resolución de problemas en un desafío que se vive en el colegio, desde los juegos hasta los espacios de las aulas que invitan al análisis lógico matemático, desde agrupar, ordenar, seriar, cuantificar, relaciones espacio- temporales.
Inteligencia espiritual:
Aprender a vivir y experimentar el agradecimiento, la tranquilidad, la paz, es una tarea para todo ser humano en formación. El colegio brinda espacios durante las experiencias de aprendizaje para cultivar la conexión consigo mismo, con los demás y con Dios.